sábado, 14 de junio de 2008

Niagara Dos...

Regresábamos del parque de juegos, ya eran cerca de las 6pm. Teníamos hambre, pero también queríamos conocer "Niagara on the lake" así que prendimos el GPS y fuimos a parar a no se donde. Las cosas han cambiado mucho desde mi ultima visita y no recordaba como llegar. Después de manejar cerca de 40 minutos pasamos por una zona que se me hacia conocida, lamentablemente era domingo, 7pm, entonces la mayoría de las cosas estaban por cerrar.

Decidimos manejar de regreso a Niagara, la prioridad era encontrar un restaurante. Fuimos en busca de uno que nos habían recomendado, dimos N vueltas y nada, la desesperación empezaba hacer presa de la sra. Buha.

El Skylon era la opción mas visible! Sra. Buha dijo --A donde quieras, pero ya! Como se podrán imaginar llegamos sin mucho problema. La fila para comprar los boletos no era grande (pensé --chido, pasaremos rápido!) O decepción, no me acordaba que había que hacer otra fila para tener una mesa (de hecho dos: la primera, para esperar el elevador que nos llevaría hasta el restaurante; la segunda, una vez en el restaurante tienes que esperar a que te asignen mesa).

Mientras Sra Buha amenazaba con morderme (golpearme y hacer todo lo posible para infringirme dolor), pues al parecer tenia un poco de hambre (cabe recordar que, ese día salimos muy temprano y solo desayunamos un pan con leche, no habíamos comido nada mas), yo me divertía viendo como la mayoría llegaban bien vestidos y nosotros andábamos de "shorts", playera, gorrita. En ese momento me acorde de mi seniora madre, ella nos hubiese vestido de traje y corbata jejeje... (nada jefa! La quiero! Solo me acorde que le gustaba traernos bien vestidos, aun a costa de nuestros gustos que, se parecen mas a los del jefe).

Era tal el hambre y desesperación de Buha que nos llevo al siguiente dialogo, YO: "mira como se mueve lentamente el restaurante" a lo que ella dijo "No mam... ya tienes mas hambre que yo!!" Pues, es que en realidad gira pero lo hace muy lentamente y cuando recién subes no es tan perceptible.

Después de media hora nos asignaron mesa, la comida es buena, muy cara, pero buena (tampoco es algo espectacular) , la atención es buena también (2 y a veces hasta 3 meseros están constantemente al pendiente que no falte nada) Tuvimos una excelente vista, pues nos toco justo la fase final de la tarde y el comienzo de la noche, vimos como se empezaban a iluminar las cataratas y como la ciudad poco a poco se llenaba de lucecitas. Lo único malo fue que nos perdimos los juegos pirotécnicos, pues justo empezaron cuando nosotros estábamos del lado contrario.

Con la barriga llena nos encaminamos a la enorme rueda de la fortuna SkyWheel, son como 10 vueltas donde se puede admirar todo Niagara, y es sustancialmente mas barato que cenar en el restaurante giratorio :)

Después caminamos un poco al rededor de la zona, por ahí curioseando nos encontramos un recuerdo bastante original (bueno al menos yo no lo había visto). Resulta que nos trajimos una mano de cera de la buhita, la verdad se porto bastante valiente. El primer paso fue, meter la mano en agua sumamente fría por 15 segundos (tenia hielo, era como una hielera), despues meter la mano en cera caliente, se quejo? Claro, pero se aguanto hasta el final!! Esa es mi hija!! Como premio tuvo su manita de cera sosteniendo una varita mágica.

El siguiente día fue tranquilo, nos paramos tarde, desayunamos, compramos algunos recuerdos y el manejo de regreso. Pensé que, el brinco de regreso a los US iba a tener complicaciones, pero fue todo lo contrario. El agente solo reviso los pasaportes, las visas y solo pregunto que en donde vivíamos, eso fue todo. Que bueno! Porque me estaba angustiando la idea de no poder regresar al trabajo.

El camino de regreso estuvo lleno de trafico, composturas de carretera, total que cerramos nuestra aventura perdiéndonos en el "air train" tratando de llegar a linea E del subway. Ahí nos encontramos a un par de francesas (o franco-canadienses) que también querían llegar a la linea E, muy amablemente me ofrecí a guiarlas (cosa que a la Sra Buha no le pareció, no se por que?).

Mientras Sra Buha casi corría para perder a las francesas, yo iba en medio tratando de que las susodichas me alcanzaran a ver. Total que llegamos a la linea del subway les explique como llegar a la 42st en Manhattan y en eso quedo. La Sra Buha recobro la sonrisa y todos llegamos contentos a casa...

Saludos,
El Buho...

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