domingo, 28 de agosto de 2016

Hablar en público...

El corazón empieza a latir rápidamente, el estomago se aprieta, las manos sudan, y en medio de ese caos trato de tranquilizar mi cuerpo y despejar mi mente para dejar de balbucear, o al menos para tratar de decir algo coherente.

El resultado era el mismo, mi nerviosismo siempre ganaba; decía algo que nadie entendía, o de plano me quedaba con las palabras en la boca.  Pude sobrevivir la mayor parte de mi vida profesional con ese "defecto", la verdad mi nivel de interacción con otros seres humanos se reducía a explicar código o diagramas.

Mi nivel técnico me ayudó a compensar mi falta de interacción, me limitaba a entregar mi trabajo. En las juntas, aunque viese algo que no me gustaba, o si tenía una opinión diferente, me quedaba callado aunque a veces me afectara.

Mi primer intento por salir adelante fue cuando decidí lanzarme como presidente de mesa directiva, del departamento de sistemas, en la Universidad. Pensé que algo se iba a despertar en mi, y que por arte de magia iba a poder hablar en público, algo que obviamente no sucedió y el resultado se vio reflejado en las encuestas. Me dí una palmada en la espalda por intentarlo.

Luego, la presentación de mi tesis. No me fue mal, o al menos es lo que recuerdo, y obtuve mi titulo. En esa ocasión mi memoria ayudó mucho, memorice todo de principio a fin y prácticamente recité mi presentación. La verdad, hacer una presentación no era, o no es, el problema, el punto es improvisar! Siempre ha sido mi bestia negra!

Recuerdo cuando decidí hablar en frente de unas 50 personas para reclamar que no nos habían pagado 2 quincenas seguidas, y aunque mi mensaje fue mas o menos coherente, no conseguí enganchar a nadie. Mi discurso fue malo, pero conseguí que el cliente de la consultoría pusiera en aprietos al jefe de la misma, y una semana después nos pagaron; eso si! Me lleve un buen regaño por andar de revoltoso.

Recuerdo un par de veces mas, donde mis nervios me hicieron quedar mal, estaba a punto de dar una presentación y no la había preparado, trate de explicar lo que aparecía en el monitor y no pude, terminé tartamudeando y arruinando la presentación. Alguien mas del grupo tomo el rol de presentador y me (nos) salvo del desastre. Esto se repitió algunas veces mas, hasta que decidí que hablar en publico no era lo mio.

Y entonces recibí la oportunidad de dirigir un equipo de desarrollo de software, sabía que no podría con el nuevo reto sino mejoraba mi manera de comunicarme con los demás. Busqué ayuda por todos lados, entonces un par de amigos, uno en la oficina y otro por Internet, me recomendaron ir a "Toastmasters"!

Decidí seguir el consejo de mis amigos, me inscribí a un club de "Toastmasters", y la verdad no me pudo ir mejor! En mi siguiente post escribiré acerca de lo que he aprendido en este más de medio año...

Saludos,
El Buho

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